lunes, 17 de enero de 2011

Mentiras camufladas en forma de ciencia. El SIDA

SINOPSIS

Una teoría científica es como un organismo que nace, crece, se reproduce y muere. Alguien lanza o concibe una hipótesis que prospera en teoría científica. A partir de ella surgen otras numerosas hipótesis que, en el mejor de los casos, también ascenderían a teorías. Pero lo mejor de todo, lo sublime de su existencia es su propia muerte. Sólo cuando una teoría científica es refutada por otra mejor capaz de asesinarla, la ciencia ha desempeñado su único papel. Cuando una teoría como la del SIDA no se deja refutar, malo.

Mentiras camufladas en forma de ciencia. El SIDA

En una sociedad en la que se abusa de comida chatarra, drogas y fármacos; se duerme poco y mal; se han perdido todos los valores espirituales; se padece de habitual pánico; se sufre de enormes carencias afectivas, estrés y depresión cronificada, no extraña que exista un número creciente de personas que padezcan algo a lo que se pueda denominar síndrome de inmunodeficiencia adquirida o SIDA. Una inmunodeficiencia puede ser nutricional por carencia de nutrientes, tóxica por abuso de drogas o fármacos, espiritual por pérdida en el camino, postraumática por una separación o muerte de un ser querido y una larga lista de posibles causas combinadas.

El deterioro del sistema inmunitario nos hace vulnerables a enfermar ante cualquier patógeno. En contacto con nuestro organismo existen en simbiosis (o colaboración) infinidad de microorganismos y otros agentes que, mientras la inmunidad funcione, permanecen en ese benefactor estado. Pero que, ausente ésta, oportunamente crecen, atacan e invaden más allá de las barreras por este sistema impuestas. Esto nos convertiría en tristes enfermos.

Cuando allá por Abril de 1984 la que era ministra de sanidad en EEUU junto a alguien llamado Dr. Robert Gallo aparecieron desde sus medios informativos para dirigirse hacia los medios de todo el mundo afirmando que la probable causa de una enfermedad denominada SIDA era un virus al que se denominó VIH (virus de la inmunodeficiencia humana), se lanzó esta bola de nieve que, en su rodaje, no ha parado de crecer hasta nuestros días. A lo que más o menos prudentemente afirmó, se le amputó inmediatamente la palabra “probable” para categóricamente afirmar que la causa era ésta y no otra.

Al contrario que muchos, no creo que se hiciera intencionadamente. Simplemente la noticia tenía más impacto mediático, es decir, era más noticiosa si no se la consideraba como una simple posibilidad. Esto no es nuevo. Sabemos que más allá de informar, los medios tienen el compromiso de vender noticias y estas serán más vendibles mientras más impactantes al consumidor resulten. Una vez compradas, de las consecuencias que estas tengan ya se encargarían otros.

Del misterioso mundo de los virus y de la no menos incomprensible inmunidad se sabe tan poco, que sorprende que una enfermedad tan compleja como el SIDA, y para la que una sola causa sería improbable, se relacione con un supuesto VIH que, por otra parte, no ha sido hasta hoy purificado ni reconocido como agente etiológico de ninguna enfermedad según los Postulados de Koch. Supuestamente indispensables para que así sea.

Resulta molesto que alguien venga a decirte que aquello en lo que siempre has creído no tiene fundamento. Las creencias conviven en el mundo de la fe y si las tuyas valen, pues chapó. Pero no lo olvides, otro mundo es posible. Y si no lo crees, sal de casa y compártelas con personas lejanas. Observarás como tu verdad cambia en el espacio-tiempo y entenderás que sólo lejos de tu entorno se experimenta tal metamorfosis.

Fuente: http://www.whattovisitinmarrakech.com/es/mentiras-camufladas-sida/

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